Suiza es un pequeño país situado en Europa Central y conocido por sus impresionantes Alpes suizos. Sin salida al mar y limitando con Francia, Austria, Alemania, Italia y Liechtenstein, este pequeño país es un importante destino de esquí y deportes de invierno.
No obstante, también es la elección perfecta para un viaje cultural, ya que atesora una fusión única de influencias europeas, que combina la cultura francesa, alemana e italiana. Por lo tanto, un recorrido por Suiza revela un destino de viaje único donde puedes experimentar una gran diversidad de vivencias culturales europeas en un solo país.
Además de montañas cubiertas de nieve y lagos glaciares, este impoluto país alberga varias ciudades cosmopolitas, como la capital Berna, la idílica Ginebra, la germánica Basilea y Zúrich, el centro financiero. Mientras que los Alpes, las montañas del Jura y las tierras altas de Burmese dominan el país, la población se concentra en la meseta.
Unas vacaciones en Suiza permiten sumergirse en las pintorescas tradiciones alpinas de los pueblos más auténticos, a la vez que empaparse de la atmósfera de algunos de los destinos más ricos del mundo. El país puede resultar un poco caro, pero no hay que olvidar que la naturaleza es gratis y que hacer un viaje a Suiza te da la oportunidad de descubrir algunos de los paisajes más prístinos de Europa.
Tiene la virtud de ser es un destino de viaje durante todo el año, ya sea para esquiar en invierno, hacer senderismo o andar en bicicleta una vez que los pastos se vuelven de color verde esmeralda en el verano. Ginebra, Basilea y Berna son ciudades dignas de visitar por derecho propio y ofrecen una gran variedad de oportunidades de turismo, como catedrales antiguas, ruinas romanas y arquitectura medieval.
Historia de Suiza
Como en gran parte de Europa, la historia de Suiza es un relato de conquistadores, invasiones e independencia. El territorio del país quedó bajo el Imperio Romano en los primeros siglos y una muestra de ello se puede ver en los yacimientos arqueológicos Augusta Raurica, del siglo II y ubicados cerca de Basilea. A finales del período medieval, siguiendo la Carta Federal de 1291, se estableció la Antigua Confederación Suiza, un acuerdo entre pequeños estados dentro del Sacro Imperio Romano Germánico que se convertiría en un precursor de la Suiza moderna.
Tras la Paz de Westfalia en 1648, Suiza se convirtió en un estado independiente y desde entonces ha sido una nación unificada. Es conocida por su neutralidad en asuntos políticos internacionales y no ha participado en una guerra desde 1815, después de las Guerras Napoleónicas.
En los tiempos modernos, se mantuvo imparcial durante las dos guerras mundiales y evitó las invasiones sufridas por las contrapartes europeas. En cambio, esta nación única centró sus esfuerzos en la consolidación de la paz y la ayuda humanitaria, estableciendo la mundialmente conocida Cruz Roja en 1863. Además, en un recorrido por Suiza se puede visitar el Palais des Nations de Ginebra, la sede de las Naciones Unidas desde 1966, para descubrir el compromiso del país con la diplomacia internacional.
Naturaleza en Suiza
A pesar del encanto de sus cosmopolitas ciudades y los pintorescos pueblos alpinos, la mayoría de la gente elige viajar al país por sus vastos espacios abiertos y sus cautivadores paisajes naturales. Con alrededor de 1.500 lagos, glaciares espectaculares y 50 montañas que miden más de 4.000 metros, Suiza es una tierra de panorámicas asombrosas. El condado disfruta de un clima templado, pero el tiempo varía a medida que se accede a las diversas altitudes. De hecho, se puede sentir fácilmente la primavera, el verano y el invierno en un mismo día en las montañas suizas.
Un viaje a Suiza garantiza el poder estar mucho tiempo al aire libre y deleitarse con sus maravillas naturales. Desde el icónico Matterhorn, el pico en forma de pirámide más conocido de los Alpes suizos y famoso emblema de la marca Toblerone, hasta el lago de Ginebra, el país está repleto de lugares naturales imprescindibles.
El Parque Nacional Suizo, el único del país, es uno de los mejores lugares para ver. Esta reserva natural de 172 kilómetros cuadrados alberga montañas, lagos, glaciares y bosques de ensueño. Es el mejor lugar para empaparse de los paisajes que caracterizan a Suiza y está lleno de rutas de senderismo, caminos y miradores con vistas inolvidables. Otros puntos naturales destacados son el Monte Rosa, la montaña más alta del país; las mágicas cataratas del Rin, que es la cascada más grande de Europa; el lago Oeschinensee con forma de espejo y el glaciar Aletsch.
Cultura en Suiza
Algunos clichés vienen a la mente cuando se piensa en la cultura del país: relojes de cuco, canto yodel y chocolate. Por supuesto, serás testigo de todos estos iconos culturales si viajas a Suiza, pero de lo que no hay duda es de que es un paraíso para los amantes del chocolate gracias a maestros chocolateros como Teuscher y Sprungli en Zúrich.
Sin embargo, la cultura suiza se caracteriza por su diversidad. El condado tiene cuatro idiomas oficiales: francés, alemán, italiano y romanche. El alemán es el más hablado, pero los destinos turísticos más populares de Ginebra, Jura y Vaud son en gran parte de habla francesa. Por otro lado, si visitas la región sur de Ticino, escucharás italiano y en Graubunden, encontrarás que el romanche es el idioma preferido de los habitantes.
Los Alpes también han dado forma a la cultura suiza, y en las tierras altas aún se conservan las ricas artes populares de la trompa alpina y el canto yodel. Por otro lado, en el entorno urbano, destaca su asombrosa arquitectura románica que es más predominante en Basilea, Coira y Ginebra.
Además, el desarrollo suizo moderno tiene que ver con la innovación, especialmente en los campos del diseño y la arquitectura. En las principales ciudades del país, hay una ecléctica variedad de galerías y museos, lo que hace que un viaje a este precioso país sea una excelente opción para los amantes de las artes y la cultura.
