Considerado como uno de los países más verdes de Europa, Eslovenia es una joya natural situada entre los Alpes Julianos y el mar Adriático, por lo que puede presumir de contar con variedad de paisajes que van desde la alta montaña a localidades a orillas del mar, siendo un país muy completo para disfrutar en un viaje organizado.
Su capital, Liubliana, es un ejemplo de sostenibilidad y responsabilidad medioambiental, por lo que en el 2016 fue nombrada como la Capital Verde de Europa. Rodeada de parques, la mejor manera de contemplar su belleza es desde la torre del castillo, que se alza a lo alto de la ciudad ofreciendo un paisaje de color verdoso y rojizo, este último a causa de los tejados de las casas. La ciudad, que destaca por su arquitectura diseñada por Jože Plečnik, ofrece una gran variedad de actividades culturales, de ocio y gastronómicos.
Otra de las visitas indispensables en un viaje a Eslovenia es la ciudad de Koper, una importante urbe portuaria que en sus orígenes fue una isla. Situada al borde del Adriático, este enclave es ideal para conocer los productos marinos del país y dejarse seducir por la costa eslovena. Sus rincones naturales más conocidos están en el interior. Son Bled, un esplendoroso valle cuya principal peculiaridad es la iglesia que se encuentra en el medio del lago; la cueva de Postjna, considerada como uno de los lugares más turísticos del país; el lago de Bohinj, el más grande de todos; y Velika Planina, una inmensa zona montañosa de pastoreo conocida por sus pistas de esquí.