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Qué ver en Italia Milán

Qué ver en Italia

Milán

Atracciones turísticas en Milán

Milán es la mayor ciudad de la Italia septentrional y la capital de la provincia que lleva el mismo nombre, perteneciente a la región de Lombardía. Con casi 1.500.000 habitantes, es la segunda más poblada del país después de la capital. Se asienta en un lugar estratégico en la mitad de una llanura padana, por lo que recibió el nombre de Mediolanum en época romana. El río Lambro la cruza por el este y el Seveso subterráneamente.

Con un pasado celta, romano, godo, lombardo, español y austriaco, en la actualidad presume de ser la capital económica e industrial de Italia. Su imagen moderna de gran metrópolis provista de rascacielos fruto de una ola de futurismo se mezcla con el sabor histórico de sus monumentos  y su intensa vida cultural.

Por supuesto también es epicentro del arte, del diseño y de la moda a escala mundial, donde los amantes del lujo y del estilismo se lo pasan en grande en las boutiques más exclusivas del Quadrilatero d´Oro y en los numerosos eventos, como los desfiles de los grandes diseñadores.

Como puntos geográficos interesantes de los alrededores de la ciudad para hacer una excursión que parta desde Milán, se encuentran el Lago di Como y la ciudad de Bérgamo.

Qué ver en Milán

Todos las ciudades tienen esos lugares representativos que no se deben dejar en el tintero durante la visita, pero también otros muchos que quizás no estén en los primeros puestos de las guías de turismo, pero sin los cuales la ciudad pierde su esencia y es un placer descubrir. Si haces un viaje a Milán, estos son algunos de los más destacados donde te aconsejamos detenerte:

Catedral:

El conocido como Duomo se alza como una de los templos más bellos del mundo y representa la estampa típica de la ciudad. De construcción renacentista y gótica, se inició en 1386 pero tardó casi 600 años en completarse. Revestida de un hermoso mármol blanco rosado, es famosa por su esbelta silueta de 45 metros de altura coronada por numerosas torres con arbotantes, 2245 estatuas, 96 gárgolas y una densa red de 135 pináculos labrados con esculturas en su cúspide como la conocida Madonnina, que se considera el símbolo de Milán.

En su interior destaca unas coloridas vidrieras y gran número de pinturas e imágenes esculpidas como la de San Bartolomé de Marco da Agrate, el Apóstol mártir representado desprovisto de la piel. No te olvides de descender por la escalera de mármol para acceder al Tesoro, formado por objetos paleocristianos y románicos, pero sobre todo debes subir a la terraza para admirar la fantástica panorámica de la Piazza del Duomo y de la ciudad.

Galería Vittorio Emanuele II:

En un lateral del Duomo se encuentra el llamado "Salón de Milán", una galería comercial construida por Mengoni a finales del s. XIX y cuyo entramado en forma de cruz une la plaza de la catedral con la Piazza de la Scala.

Su refinado y lujoso interior está cubierto con una bóveda de cristal y hierro fundido e inspiró nada menos que el diseño de la torre Eiffel de París. paredes de arquitectura neorenacentista y suelo de coloridos mosaicos como el de la familia Saboya con el famoso toro que da suerte emblema de la ciudad de Turín, tiendas de primeras marcas y restaurantes de renombre, otorga a este lugar un reconocido lugar entre las visitas de la ciudad.

Estación Central:

La estación de trenes es una de las más grandes y antiguas de Europa. Esta joya en forma de edificio, mezcla los estilos Art Nouveau y Decó y fue inaugurada por el dictador Mussolini en 1931. Sus paredes de piedra, una imponente cúpula de acero macizo y cristal y mosaicos de azulejos te sorprenderán. Un lugar en constante ebullición si quieres respirar el alma de la ciudad.

Iglesia Santa Maria delle Grazie:

Situada en la plaza del mismo nombre, su construcción se inició en el gótico y terminó en el renacimiento. Los claustros del antiguo convento dominico que albergaba bien merecen una visita, pero la atracción estrella de esta singular iglesia de cúpula vistosa y de Milán, es el refectorio donde se encuentra el valioso fresco de La Última Cena, obra maestra de Leonardo da Vinci.

Basílica de San Ambrosio:

Este templo del s. XI, destaca por su singular estética de ladrillo rojo, su cuadripórtico, sus dos campanarios de diferentes alturas y su estilo románico lombardo. En la cripta se exponen los esqueletos de tres importantes santos. Pero la mayor riqueza se encuentra en los mosaicos, piedras preciosas, el altar de oro y las lujosas capillas.

Castillo Sforzesco:

Construido en el s. XIV, el nombre de esta icónica fortaleza milanesa hace referencia a la familia Sforza, una de las más importantes del país. Ocupado posteriormente por franceses, españoles y austriacos, fue destruido por Napoleón en 1801 y reconstruido un siglo después. Alberga numerosos museos con distintas temáticas, como muebles, instrumentos musicales, artes decorativas, arte antiguo, prehistoria y protohistoria, Egipto y una increíble Pinacoteca con más de 1500 obras de los s. XIII al XVIII.

Columnas de San Lorenzo:

Por supuesto, la que fuera capital del Imperio Romano, conserva algunas ruinas de la época, concretamente del s. II d. C. Entre sus 16 imponentes columnas situadas enfrente de la iglesia homónima, se reúne la gente por las tardes para charlar, tomar o comer algo, convirtiéndose en un lugar con un gran ambiente.

Barrio de Brera:

Su atmósfera bohemia confiere un encanto especial a esta zona ubicada en el centro histórico. Pasear por sus calles adoquinadas o saborear los aperitivos milaneses en cualquiera de sus tabernas es un auténtico disfrute para el visitante. Aquí puedes encontrar numerosos atractivos de la ciudad como el Palazzo de Brera y su impresionante galería de pintura con obras de renombre mundial, el Teatro Piccolo, el Observatorio Astronómico, el Jardín Botánico y algunas iglesias.

Barrio de Navigli:

Hace un siglo que sus dos canales Naviglio Grande y Naviglio Pavese sirvieron de ruta de transporte para el comercio de mercancías y pasajeros que llegaban a la ciudad desde el mar. Disfrutar de un crucero por sus aguas te permitirá observar el horizonte de la ciudad desde una perspectiva diferente. Pasear y participar del animado ambiente de la zona en los barcos-restaurante, terrazas o pubs, es una de los mejores planes si haces una visita a Milán.

Piazza Gae Aulenti:

La impronta vanguardista también se puede ver en pleno centro de la ciudad y esta plaza del 2012 diseñada por Pirelli es un ejemplo. Está rodeada de rascacielos entre los que destaca la torre más alta de Italia, la Torre Unicredit, con sus 231 metros, el edificio Pirelli, el Palazzo Lombardia, el Solar Tree y otras dos torres, la Castillia y la Confalonieri, cubiertas por más de 2000 plantas repartidas por ellas que reciben el nombre del Bosque Vertical, un lugar muy fotogénico de Milán.

Piazza Mercanti:

Era un lugar bullicioso donde los mercaderes vendían sus productos y está plagada de edificios medievales entre los que destacan el Palazzo della Ragione que aloja el Tribunal de Justicia, el Palazzo delle Scuole Palatine, una escuela superior donde estudiaron muchas figuras notables de la época, el Palazzo dei Giureconsulti que se utilizó como sede de la Cámara de Comercio, la Casa dei Panigarola, donde se transcribían los decretos ducales y la Loggia degli Osii, con fachada de mármol en blanco y negro de estilo gótico, donde se encuentran las oficinas de jueces y notarios.

Cementerio Monumental de Milán:

Si eres de los que pasear entre tumbas o mausoleos te resulta relajante o te gusta el turismo arquitectónico, visitar el cementerio es una buena idea. Se considera un museo al aire libre, albergando numerosas esculturas, capillas, panteones y otros monumentos funerarios de gran valor artístico.

Parque Sempione:

Cerca del castillo Sforzesco se encuentra este rincón verde, lugar de reuniones para hacer un picnic, practicar deporte o pasear entre la naturaleza. Posee un elegante estilo inglés y un bonito lago artificial. En un extremo se encuentra el Arco de la Paz y en el otro Civita, un anfiteatro utilizado para estrenos musicales o actividades deportivas.

Cuadrilátero de Oro:

Milán marca tendencia en cuanto a la moda se refiere. Este lugar icónico da nombre a cuatro calles: Corso Venecia, Vía della Spiga, Vía Alessandro Manzoni y Vía Montenapoleone, una de las más caras del mundo, plagadas de marcas de lujo. Pasear por la zona para ver los elegantes edificios con sus ostentosos escaparates, talleres de moda, cafeterías, antiguos palacios, joyerías y perfumerías es un deleite para los sentidos.

Teatro de La Scala:

Construido en el s. XVIII, este es uno de los teatros de ópera más famosos del mundo entero. En sus paredes han resonado las potentes voces de artistas de primer orden como Pavarotti, Plácido Domingo o la Callas. Lugar de estreno de obras tan míticas como Madame Butterfly u Otelo, asistir a una interpretación en directo es una experiencia de lo más emocionante en un viaje a Milán.

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